LA ESPINA
LA ESPINA
Qué penosa fue la angustia
cuando al tragar un bocado
una espina
descarriada y muy molesta
al corazón ha llegado
bailarina.
Estabas tú, ¡vaya suerte!.
Secas mi llanto con besos
de tu boca
que a cebolla huele fuerte,
me derrite hasta los huesos
y sofoca.
La Reyna Roja
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