MENDIGO
Canta el mendigo bajo el verde acebo,
oculta con orgullo su pobreza
y roba la labor con gran belleza
al ruiseñor vivaz en su relevo.
Como atlético Apolo nuevo efebo
eleva su cantar a la nobleza
que busca su solaz, con ligereza
coloca la moneda en el erebo.
Los cuervos flameantes de sus ojos
asoman con la rabia reflejada
agarrotan de orgullo los sonrojos.
Sus letras, son recuerdos de pasada
juventud ya quemada en los despojos
perdidos tras la etílica mirada.
La Reyna Roja
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