ROSA DE AMOR
No me mueve la noche misteriosa,
ni el frío que se cierne sobre el suelo;
es la estrella que brilla allá en el cielo,
que anuncia que en la tierra hay una rosa.
Una rosa de amor maravillosa,
que nació para darnos el consuelo
y tendernos la paz con su desvelo,
como simple mortal, sin nebulosa.
Una ofrenda le llevo al niño amado;
en mi pobre zurrón, pan y tocino
y una piel de cordero que he buscado.
¡Oh, qué largo y angosto es el camino
en este claro anochecer callado
que me lleva a Belén, portal divino!
La Reyna Roja
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