sábado, 21 de diciembre de 2013

RABIA




RABIA 

Otro día que en noche se convierte;
las flores ha perdido su fragancia
ha muerto sumidas en la jactancia
del tsunami, que amenaza con la muerte.

La despensa vacía ya se advierte
y un techo de estrellas es la estancia,
con el frío, como don de la abundancia
que en regalo de genios se convierte.

Desgraciados ladrones de la vida,
ególatras carentes de conciencia,
testaferros de dolor, de impotencia,
delincuentes con visa  consentida.

Robáis con avaricia compungida,
derrocháis con total indiferencia,
agarrados al fervor de la insolencia,
con el alma apagada y escondida.

¿Con que Dios comulgáis cada mañana?
¿Con quién os confesáis que no os escucha?
Os dejáis la conciencia en la ducha,
con la mierda acumulada en la semana,

Gobernáis el país para amiguetes,
repartiéndoos el pan y hasta las migas,
el agua, el sol, la luz: mientras fustigas
a tus perros sin bozal y con arietes,

cazar a los que exigen les respetes.
Estáis en un secano y entre ortigas
cansadas del olor de las boñigas
de vuestros vanos pútridos banquetes.

Otro día que en noche se convierte;
las flores ha perdido su fragancia,
ha muerto sumida en la jactancia
del tsunami, que amenaza con la muerte.

La Reyna Roja



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