PERDIDO COMO UN CIEGO
Se ha apagado la luz
que iluminaba el cielo,
al cerrarse tus ojos
todo quedó en silencio.
¡Oh duende del amor,
charlatán agorero
que me diste su risa
para hacerme su preso!.
Sumaste a mi reloj
las horas de su tiempo
y en ellas me fundía
como el volcán al fuego
Pero el mar se secó
como un yermo desierto,
arrasando mi alma,
fundiéndola en el viento,
cuando el sol de sus iris
se apagó con el hielo
y me dejó en la noche
perdido como un ciego.
La Reyna Roja
No hay comentarios:
Publicar un comentario