Hoy puede ser un gran día
al levantarme he pensado,
enseguida he anotado
el deseo que sentía.
Pero éste se moría
cuando había
comenzado,
con horror había llegado
una noticia baldía,
por la noche en la ciudad
han atacado dos hienas,
entre sus garras obscenas
se han llevado sin piedad
tu sonrisa y tu bondad.
Nos han dejado condenas
de sinrazones y penas
y el sabor de su maldad.
Hoy pudo ser el gran día
que un asesino jodió
y tu muerte lo cambió
por un día que no valía.
La Reyna Roja
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