SUMISA
Doblegada por la sabia de tu risa,
buscando en tu mirada tan serena
me pierdo, tu deseo me enajena
cuando sacias tu sed, en mi sin prisa.
Mi cuerpo se agita con la brisa
que dejas cuando creas la condena,
de ser rea en tu cárcel de arena,
rendida bajo el sol, a ti sumisa.
Siento tu suavidad cuando me tocas,
un dulce escalofrío si me miras,
y una inmensa tristeza si me ignoras.
Me duele ver que al aire le provocas,
él se mete en tu boca si respiras,
recorriéndote entero a todas horas.
La Reyna Roja
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