NO NACÍ AQUÍ
No nací aquí, vivo aquí.
En el fondo del valle del sentido,
donde la vida se me fue
cayendo en el olvido
sin haberlo yo querido.
El mundo se cerró
a mi espalda
en la primavera sin flores
primavera de dolores.
Las puertas se cerraron
hacia afuera
dejándome sentada...
-en la escalera-
donde una vida
absurda comenzaba,
no entiendo, ni entendí nada.
Queriendo yo tragarme la vida
la vida me tragó, sin darme cuenta
perdí la niñez, la juventud,
y llegué sin sentir
-a la vejez-
En este valle donde...
-no conozco el sol-
ni la luna se asoma a mi ventana
el agua es amarga como hiel
y la lluvia son agujas que se clavan.
Sólo tu llegada alumbró
la oscuridad que tenia en el alma,
emparejé mi vida con tu vida.
Eso hizo que la luz apareciera
durante algunas horas,
durante algunos días.
Pero la vida se ajustó
a la oscuridad
a pesar de la luz
que transmitías.
Llegaron otras luces
la vida parió otras vidas.
Sigo aquí, metida en
este valle sin sentido
de donde ya no saldré,
donde por arte del destino
llegué para vivir o...
¡llegué para morir!
Voy viendo la llegada de
los lirios otoñales,
los coches se paran
en el portón
que un día se cerro
en mi espalda,
no me quieren a mi
se llevan a mis vidas
las vidas que un día
me dieron la vida.
Ahora quedo sola
otra vez la puerta
¡va y se cierra!
dejándome de nuevo
sentada en la escalera,
sin que el sol me de su luz
ni la luna, se asome a mi ventana.
Yo no nací aquí
sólo sé, que vivo aquí
donde nunca quiero ya salir.
La Reyna Roja
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