NOCHE DE BRUJAS
En el cenit, el sol se apaga
la hora de brujas comienza
los pasos la hierba apaga
el hechizo va creciendo
sube hacia la montaña
busca los ávidos brazos
de las sombras de la noche
allí donde su adorada
está en la bruma instalada.
Busca sin verla la cara
oculta tras la cortina
de unas pequeñas luciérnagas
que la convierten en hada
el hada de la belleza
su perfil sólo se intuye
su pecho late con fuerza
todo su cuerpo en el aire
flota como una cometa.
¡Es realidad, o es un sueño!
o es la sutil diferencia
de los ojos del amante
que presiente que es su dueña.
Hada del bosque nocturna
entre todas vigilada
para que un mortal osado
no la tome por su amada.
Es la hora de las brujas
del aquelarre doliente
para el amado tenaz
que cada noche vigila
escondido tras las sombras
la belleza que la noche
transforma en hada a su amada.
Sólo la puede observar
escondido en la maleza,
mientras el rito nocturno
va dando fin a la fiesta,
amanece, ¡Ya se acerca!
ella le busca en la noche
besa entre bruma su boca
desaparece de nuevo
entre la luz y las sombras.
La Reyna Roja
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