¡NO!
¡Que lejos está en el tiempo
la aventura de ese día
que te gané la partida,
luchando contra el dolor.
Me miraste cara a cara
te miré fija a los ojos
fue el reto de una fiera
luchando contra tu fuerza.
¡No!
Ese fue el grito de guerra
no volverás a hacer daño
tu fuerza es cobardía
mi cobardía ahora es fuerza.
Jamás dejare que vuelvas
a gritarme cual poseso
mis oídos siempre escuchan
aunque les hables muy quedo.
Tú no serás nunca el dueño
de la vida que yo tengo
no dejare que tu mano
vuelva a golpear de nuevo.
Ves guardando tus bravatas
para aquel que las consienta
te apoyabas en tu fuerza,
¡Ahora!
tu fuerza será mi fuerza.
Tu madurez es del niño
que no obtiene su capricho
yo no soy ese capricho
soy la mujer que te quiso.
Te quiso sin las palizas
te quiso hablando, sin gritos
ahora todo ya se ha muerto
tú, tus palos y tus gritos.
¡Que lejos queda en el tiempo
la aventura de ese día
en la que obtuve el valor
De gritar ¡No!
¡Te quedaste sin tus fiestas!.
La Reyna Roja
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