VOLVER
Tú fuiste quien desató mi vida
cuando atada estaba en el abismo,
llenando cada hora de optimismo
volviendo a vivirla sin medida.
Curaste con ternura la herida,
que dejo clavado el egoísmo
de un amor cargado de cinismo,
que solo conocía mentira.
Injertaste de nuevo alegría
en un corazón acorazado,
con cadenas de dolor atado
desatadas con tu amor un día.
Me enseñaste a ver el otro lado
del amor. ¡El que había olvidado!
La Reyna Roja
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