sábado, 24 de noviembre de 2012

EL MAÑANA



EL MAÑANA

El silencio lo rompe el fiero trueno
llenando de pavor con su sonido,
a todo ser que habita en el terreno,
esa franja de guerra sin sentido.

un relámpago alumbra en  noche pleno,
el cohete lanzado, ha reducido
a escombros los hogares, sobre cieno
con lágrimas sangrientas del olvido.

Los gritos ahogados, dolorosos,
corazones y oídos desgarrados
en la noche se sienten  invitados
a estridentes, clamores bulliciosos.

Ulular de sirenas, por las calles,
el trágico sonido del mortero,
la explosión de la bomba y el acero
el llanto de dolor ya está los valles.

Por la calle la sangre va corriendo,
los cuerpos destrozados en asfalto,
daños colaterales, del asalto,
son los niños que mueren ¡es tremendo!

Fuiste en su día un pueblo sin destino,
perseguido y vilmente masacrado,
eres el opresor el condenado,
que masacras al pueblo Palestino.

Le encierras sin pudor en una jaula,
despiertas de su siesta a los leones,
que fieramente busca las razones
del ser, en esta tierra que recula.

Levanta la mañana torturada,
la noche nuevamente va llorando.
Muerte... que en los escombros vas gozando.
Vida... sabes que aquí no vales nada.

No quiero seguir viviendo alegre
mientras los niños mueren en el suelo
mirando sin dolor surcar el cielo,
la mierda que la vida desintegre.

Si yo viera que el maná  de nuevo llega,
en vez truenos sedientos de tormenta,
que pan llueve en la zona, que se intenta
conseguir la paz, que no se entrega.

Poder volver de nuevo a ser humana,
ver que lucha y la guerra  se detienen,
que el horror y la muerte se encadenen.
¡Que Palestina al fin, vea un mañana!.

La Reyna Roja

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