CON EL ALBA
Desperté con el alba, sobre una cama fría,
tu cuerpo antes de fuego, de hielo parecía,
lentamente en la noche, tu vida se perdía,
sólo mi nombre tenue, de tu boca salía.
La llama de tu vida, despacio se apagaba,
tu mirada vacía, mi mirada buscaba,
el aire de mi boca, yo en tu boca insuflaba,
pero la parca terca de tu mano tiraba.
Te fuiste cuando el día despuntaba brillante
sin mirar hacia atrás del brazo de tu amante,
sin tiernas despedidas solo un final distante
porque tu corazón, se paró en un instante.
Te busco cada noche, cuando sale la luna,
cerca del horizonte, donde el cielo se aúna
con la mar azulada, con la diosa fortuna,
-aunque elegiste, amor, ser polvo en una duna-.
La Reyna Roja
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