PERLA BLANCA
Perla blanca, la ardilla juguetona,
se dirige al horcajo del trigal,
camina jubilosa a su destino
huye de las rapaces agresivas.
Feliz de rama en rama, retozando
se encamina a su sueño, bailarina,
su mochila repleta de recuerdos,
consejos en su mente que no expiran.
El sol amarillea ya en el bosque
y una sombra se cierne en su pupila
apagando la luz de su camino.
-Un azor se ha prendado de su vida-.
Rondaban las abejas por los brezos
espantando a la sombra intempestiva,
mostrándole al azor que sobre el lago
un unicornio azul le sonreía.
Mas la sombra cayó, clavó
sus garras
en el cuerpo indefenso de la ardilla.
La Reyna Roja
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