SEDIENTA Y SOLITARIA
Sedienta y solitaria, me pierdo por caminos,
me he vuelto temeraria por bosques sin destinos,
a tientas y buscando voy con la soledad
como la luz errando, perdida en la orfandad.
Le pregunto yo al cielo. ¿Por qué dejo mi vida?
¿Por qué dejó mi suelo, barrido en su partida?
Respóndeme silencio, cuervo loco y lejano
que tanto reverencio, -devuélveme el verano-.
Me adentro en el
sendero que caminé a su lado.
¿Por qué no me ha esperado? ¿Por qué se fue primero?
Desgarrada en tormenta de lágrimas saladas,
a mi amor yo le llamo, le llaman mis miradas,
en el azul cobalto de un cielo que viajero,
envuelve en su silencio, al ser que más he amado.
La Reyna Roja
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