LA ALBORADA
He llamado a la puerta de tu ausencia
buscándote en las sombras fantasmales,
donde se oculta el sol de la inocencia
y nacen los instintos terrenales.
Bésame, que muero de impaciencia,
desata mis instintos animales,
abrázame te pido con urgencia,
déjate de venganzas naturales.
Comienza la alborada nuevamente,
desde la madurez de las pasiones
y la insensatez de la lujuria.
Déjame que en tu cuerpo me caliente,
que te colme de nuevo de atenciones
y el sol vuelva de nuevo con más furia.
La Reyna Roja
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