EL
MAÑANA
El
silencio lo rompe el fiero trueno
llenando
de pavor con su sonido,
a
todo ser que habita en el terreno,
esa
franja de guerra sin sentido.
un
relámpago alumbra en noche pleno,
el
cohete lanzado, ha reducido
a
escombros los hogares, sobre cieno
con
lágrimas sangrientas del olvido.
Los
gritos ahogados, dolorosos,
corazones
y oídos desgarrados
en
la noche se sienten invitados
a
estridentes, clamores bulliciosos.
Ulular
de sirenas, por las calles,
el
trágico sonido del mortero,
la
explosión de la bomba y el acero
el
llanto de dolor ya está los valles.
Por
la calle la sangre va corriendo,
los
cuerpos destrozados en asfalto,
daños
colaterales, del asalto,
son
los niños que mueren ¡es tremendo!
Fuiste
en su día un pueblo sin destino,
perseguido
y vilmente masacrado,
eres
el opresor el condenado,
que
masacras al pueblo Palestino.
Le
encierras sin pudor en una jaula,
despiertas
de su siesta a los leones,
que
fieramente busca las razones
del
ser, en esta tierra que recula.
Levanta
la mañana torturada,
la
noche nuevamente va llorando.
Muerte...
que en los escombros vas gozando.
Vida...
sabes que aquí no vales nada.
No
quiero seguir viviendo alegre
mientras
los niños mueren en el suelo
mirando
sin dolor surcar el cielo,
la
mierda que la vida desintegre.
Si
yo viera que el maná de nuevo llega,
en
vez truenos sedientos de tormenta,
que
pan llueve en la zona, que se intenta
conseguir
la paz, que no se entrega.
Poder
volver de nuevo a ser humana,
ver
que lucha y la guerra se detienen,
que
el horror y la muerte se encadenen.
¡Que
Palestina al fin, vea un mañana!.
La
Reyna Roja