EN LA OTRA ORILLA
A orillas del rio Aqueronte
perdida en soledad y sin moneda
espero la llegada,
de Caronte y su barca.
Cien años de espera no son nada
para el que nada tiene y nada deja
todo está en la otra orilla
allí brilla su estrella
y la ingrata quimera
de poder rescatar de allí mi vida.
Musas del viento, negras sombras
soplar, que arrecie el viento,
despejar la oscura bruma
y tender vuestro manto en la corriente.
Dejadme transitar a la otra orilla
como óbolo yo os daré en prenda el alma
no tengo el oro en
rama de Caronte
y mi vuelo no remonta con la calma.
No puedo usar la barca
el río me recusa
y ni un manto de plata, me sirve como excusa
para embozar mi cuerpo,
darle forma de pez
y pintar en mi cara sonrisa de papel.
Espíritus del río cubridme con espejos
que reflejen mi cuerpo
esperando en la orilla,
mientras ponéis las palmas
de las pálidas manos
como un puente de luna que me deje a su lado.
Unida ya a su cuerpo, hospedada en sus labios
seré de nuevo el cuerpo atado en sus cadenas
perdida en sus silencios.
La Reyna Roja
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