Casu marzu lo llaman a este queso,
casero, sin permisos ni etiquetas,
de la oveja se sacan las recetas
y las moscas imprimen el proceso.
Pequeña incubadora de un grueso
majar, donde verán la luz inquietas
larvas, que van creciendo pizpiretas
en campo putrefacto y algo espeso.
El tiempo de engordar ha terminado
y da comienzo la degustación
mostrando que tu cuerpo está cebado,
cimbreas tu hermosura en el salón
sobre un lecho de pan tornasolado;
su presencia produce repulsión.
La Reyna Roja
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