PRIMAVERA EN LA CIUDAD
Llueven flores en el alma, al recordar la aurora
de un día en primavera, cuando entre viandantes
andaban ellos unidos mirándose las alma,
juntando los sentidos las manos enlazadas,
como niños perdidos con sus ojos hablaban,
sus bocas se unían jugaban enlazadas.
La calle era un oasis en el que deambulaban,
caminan a su lado los viandantes nocturnos,
que de vuelta a casa los miraban confusos,
buscaban sus caras extrañados de ver
a un par de enamorados con canas en el pelo,
cual jóvenes amantes besándose en las calles.
Apretando sus cuerpos para juntar sus almas,
intentando agarrar la vida por la espalda,
engañarla guardando, muy pegada sus caras
inventando una vida a medida crearla,
sólo dos días juntos un año de palabras,
el amor los unió, y el amor los separa.
Fin de la primavera, el fin de las palabras
el tan temido adiós les ha roto las alas,
se alejan en la tarde cada uno a su nido,
la realidad ha vuelto a torcer el camino,
ella quedó de pie en la acera callada,
él sin decir adiós en el tren se alejaba,
Ciudad que recogiste, sus amores postreros
ya no serás la misma, cercenaste paseos
de tus calles de amor los recuerdos callados
se vuelven hielo azul cuando para a mirarlos
adiós a los rincones donde ellos pararon,
adiós a un amor, que ellos nunca buscaron.
La Reyna Roja
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