¡TRAS BEBERLA…DORMIRLA!
La luz entre la niebla, se formó de repente
el pececillo tierno, en un bebé mutó
y entre olores a drama escuchaba quejidos.
¡Por dios, que es ese ruido! yo me quiero volver,
Lo primero que hicieron fue azotarme las nalgas
en éste maremágnum que ellos llaman la tierra
más tarde maquinaban que hacer con mi figura,
mis antes mis después, mis quejas con mis lloros.
Sin grandes resultados manejaban con celo,
mi porvenir primero, luego mi devenir.
Yo siempre preguntaba. ¿A que he venido al mundo?
Vienes aquí a vivir ¡Oh, muñeca llorona!
Y desde ese momento, que venía yo supuse,
a beberme la vida ¡y tras beberla… dormirla!.
La Reyna Roja
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