TRAS LA CALMA
Amanece después de la tormenta,
el sol está radiante de esperanza,
atrás quedó la lluvia, cruel, violenta,
que a la noche, marcó con su venganza.
Otro día preñado de deseos
da comienzo en la tierra de labranza,
arrancando a la greda cosquilleos
el roce en las entrañas
del arado,
llenándola de dulces galanteos.
El almendro florece
enamorado
cuando ya ha transcurrido el temporal,
reforzadas sus ramas del pasado
ha vestido su traje virginal,
destacando en el campo con orgullo,
se ha abrazado a la noche en un arrullo
tras la calma, después del vendaval.
La Reyna Roja
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