AMARGA LIBERTAD
Creamos nuestro mundo
del bien y al mal,
nuestro mundo de amor,
sin reglas, sin preguntas;
dos peces carentes de sentido
flotando por el mundo de los sueños.
Los días eran ríos caudalosos
por los que navegar
sin buscar un remanso,
unidos en un dulce torbellino
bajábamos al mar
¡Que corto fue el camino!
En rio revuelto,
demasiados peces que pescar
y tú la red lanzaste
sin mirar hacia atrás.
Dejando que siguiera caminado
bañada en soledad
arrastrada hacia un hondo torbellino
de amarga libertad.
La Reyna Roja
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