lunes, 9 de junio de 2014

HIENAS

HIENAS

Sus ojitos de gacela
se van quedando sin brillo
se cubren con el visillo
del hambre que le encarcela.
El cuerpecito revela
la tormenta silenciosa
que se libra cadenciosa
en su vientre desolado,
a la espera de un bocado
de esperanza deliciosa.

Una esperanza perdida
en la panza del coloso,
que atesora poderoso
los deseos de su vida.
Alimenta sin medida
dictadores, encumbrados
en la cima y ensalzados
por las élites mundiales,
que necesitan sus males
para colmar sus bocados.

El “Ge veinte” anida hienas
disfrazadas de corderos,
asquerosos usureros
prebostes de las condenas.
Autores de las cadenas
del hambre que cubre el suelo;
un misil es caramelo
que no les daña el bolsillo,
pero en África es el brillo
de un pozo y agua del cielo.

La Reyna Roja




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