En silencio contemplo el firmamento
las palabras se agolpan en la boca
formando el verso tibio que trastoca
la idea que ha implantado el sentimiento.
Estar entre sus brazos sin aliento
y escuchar los latidos que provoca
el calor a su cuerpo, que le emboca
el fuego, del deseo y pensamiento.
Sus manos por el cuerpo van reptando
levantando oleadas, golpeando
tu cuerpo a la cúspide, sobre cielo.
El clímax es el verso que volando
envuelve vuestros cuerpos,
venerando el último momento, ¡sobre suelo!
La Reyna Roja
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