Hoy ha vuelto arreciando la tormenta
con su violencia y truenos ha llegado
arrasado la casa lado a lado
sin piedad, descontrol y sed sangrienta.
Vendaval que entras siempre con la noche
traes rayos y truenos de regalo
vas soltando mordisco como escualo
sobre su tierno cuerpo ¡qué derroche!
No es tan fácil cerrar la terca puerta
ni cruzar con seguros las ventanas
a veces necesitas la mañana
calibrar con detalle la cubierta.
Comenzar a mirarse en el espejo
ver las lúgubres velas que te alumbran
dejar salir tus fieras que descubran
que es mejor no llorar por un pendejo.
Debes borrar la herida que violenta
dejó la tempestad, en su regalo
cerrar tu vida con un apestado
esconder el dolor de cenicienta.
La Reyna Roja
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