ME VUELVO A LA NADA
No note la soledad
porque el tiempo apremiaba
no dejaba ni pensar
no dejaba ni sentir.
No me importaba la vida
no me importaba el dolor.
. Todo era vivir con prisa
la orilla siempre esperaba
nunca llegaba, el cansancio,
frenaba las esperanzas.
La soledad no era carga
la soledad era amiga,
la amiga que acompañaba
el vacío que escondía
cada amanecer, sin alma,
cada anochecer, perdida.
No noté la soledad
siempre fui pisando fuerte
abarcando las distancias
retirando las barreras
rompiendo muros
saltándome las murallas,
sin permitir pensamientos
cerrándome a la añoranza.
¿Por qué?
¿Por qué llegaste?
¿para romper el silencio?
llenándolo de esperanza?
¿para unir tu soledad
a mi soledad amada?
Y dejarme en la cuneta
tirada una mañana.
Me engañaste con tus besos
dominando mi coraje
-aplacando a la salvaje
que sobrevivió en la estepa-
clavaste el dardo tan hondo,
que no hay doctor que lo saque
ni medicina que cure
la dolorosa experiencia.
Me confié a tus caricias
borré el halo de añoranza,
te confié mi soledad
la devolviste doblada.
Haciendo mis noches tristes
y más tristes mis mañanas,
nunca pensé que sería
tan dolorosa la idea
de volver a ser la dueña
de la soledad que ahora
me pesa como la losa
que mis hombros, no soportan.
No pude pensar que un día,
la soledad me abrumara
que fuera la compañera
que mi vida soportara,
tu la alejaste de mi
hiciste que la olvidara.
Ahora me la devuelves
envuelta como un regalo
con una rosa amarilla
atada con lazo rojo
y una tarjeta que dice.
¡Sólo la cogí prestada,
me cansé de andar con ella
se me hacía muy pesada,
tu soledad te devuelvo
y yo, me vuelvo a la nada!
La Reyna Roja
No note la soledad
porque el tiempo apremiaba
no dejaba ni pensar
no dejaba ni sentir.
No me importaba la vida
no me importaba el dolor.
. Todo era vivir con prisa
la orilla siempre esperaba
nunca llegaba, el cansancio,
frenaba las esperanzas.
La soledad no era carga
la soledad era amiga,
la amiga que acompañaba
el vacío que escondía
cada amanecer, sin alma,
cada anochecer, perdida.
No noté la soledad
siempre fui pisando fuerte
abarcando las distancias
retirando las barreras
rompiendo muros
saltándome las murallas,
sin permitir pensamientos
cerrándome a la añoranza.
¿Por qué?
¿Por qué llegaste?
¿para romper el silencio?
llenándolo de esperanza?
¿para unir tu soledad
a mi soledad amada?
Y dejarme en la cuneta
tirada una mañana.
Me engañaste con tus besos
dominando mi coraje
-aplacando a la salvaje
que sobrevivió en la estepa-
clavaste el dardo tan hondo,
que no hay doctor que lo saque
ni medicina que cure
la dolorosa experiencia.
Me confié a tus caricias
borré el halo de añoranza,
te confié mi soledad
la devolviste doblada.
Haciendo mis noches tristes
y más tristes mis mañanas,
nunca pensé que sería
tan dolorosa la idea
de volver a ser la dueña
de la soledad que ahora
me pesa como la losa
que mis hombros, no soportan.
No pude pensar que un día,
la soledad me abrumara
que fuera la compañera
que mi vida soportara,
tu la alejaste de mi
hiciste que la olvidara.
Ahora me la devuelves
envuelta como un regalo
con una rosa amarilla
atada con lazo rojo
y una tarjeta que dice.
¡Sólo la cogí prestada,
me cansé de andar con ella
se me hacía muy pesada,
tu soledad te devuelvo
y yo, me vuelvo a la nada!
La Reyna Roja
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