Las once, hora para no pensar
para olvidarse del día,
sólo mirar al vacío
en la mano un vaso lleno
de ese licor que envuelve
la visión de tu figura
y la ilusión de tenerte.
Es la hora,
la hora de mis fantasmas
en la que los pensamientos
vuelan con melancolía,
miro sin ver lo que busco,
sólo veo que se apaga
con la noche la esperanza
de volver a verte hoy
¡Te buscaré ya mañana!
Te busco, no sé porque,
¿Porqué no estas a mi lado?
soy animal enjaulado
dando vueltas a la nada
a la mente elucubrante
de la enfermedad que abrasa
mi cuerpo cuando en ti piensa.
Cuando caigo en el vacío
desde la tela de araña
que tejo para encerrarme
y esperar que llegue el alba
a ver si te trae en su luz
como un ángel incorpóreo
entre los rayos del sol
filtrándote poco a poco
por la piel a mi interior.
¿Porqué yo intento olvidarte?
si no se olvida el amor
se transforma con el tiempo
cambia de avasallador
a ser tierno y sosegado
a veces un poco odiado
cuando se aleja soñado
pero jamás olvidado
¡Jamás se olvida a un amor!
Como dice la canción
que me encuentro ahora escuchando,
con el vaso medio lleno
de ese licor que envuelve
la visión de tu figura
y el deseo de tenerte
otra vez aquí a mi lado...
¡¡Es tan maravilloso amar!!
La Reyna Roja
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