VOLVER
Un leve escalofrío avanza por el cuerpo
cuando los tibios dedos van marcando la espalda
llegando a la cintura parándose en el talle
arrastrándola con dulzura pegándola a tu vientre.
El fuego de los cuerpos enciende los deseos
se mezclan los latidos los pulsos se aceleran
las palabras se callan se descubre el anhelo
de ser uno del otro perdidos en el tiempo.
Caminos entre sabana, sudores y fluidos
exámenes pendientes sin tiempo de aprender
amores que se fueron se encuentran nuevamente
en la noche del tiempo... ¡No se pueden perder!
Sin sentido, sin rumbo, sin prisa, suavemente,
subiendo a la cima del ombligo del mundo
bebiendo del torrente que emerge de tu boca
durmiéndose en la cueva entre fuertes columnas.
Morir entre tus brazos al compas de las olas
que se mecen profundas en dulce bamboleo
respirando el ahogado huracán que se acerca
arrastrando con fuerza los cuerpos al abismo.
Volver de nuevo al mundo en un abrazo
eterno respirando al unísono el fluir de la vida
romper el sol a trozos en brillantes destellos
descansar en la luna después del nacimiento.
Nacer de nuevo… volver serenamente
mirando firmemente la vida al desnudo,
buscar entre el revuelto enjambre de la cama
vuestras manos perdidas en los cuerpos rendidos.
La Reyna Roja
Un leve escalofrío avanza por el cuerpo
cuando los tibios dedos van marcando la espalda
llegando a la cintura parándose en el talle
arrastrándola con dulzura pegándola a tu vientre.
El fuego de los cuerpos enciende los deseos
se mezclan los latidos los pulsos se aceleran
las palabras se callan se descubre el anhelo
de ser uno del otro perdidos en el tiempo.
Caminos entre sabana, sudores y fluidos
exámenes pendientes sin tiempo de aprender
amores que se fueron se encuentran nuevamente
en la noche del tiempo... ¡No se pueden perder!
Sin sentido, sin rumbo, sin prisa, suavemente,
subiendo a la cima del ombligo del mundo
bebiendo del torrente que emerge de tu boca
durmiéndose en la cueva entre fuertes columnas.
Morir entre tus brazos al compas de las olas
que se mecen profundas en dulce bamboleo
respirando el ahogado huracán que se acerca
arrastrando con fuerza los cuerpos al abismo.
Volver de nuevo al mundo en un abrazo
eterno respirando al unísono el fluir de la vida
romper el sol a trozos en brillantes destellos
descansar en la luna después del nacimiento.
Nacer de nuevo… volver serenamente
mirando firmemente la vida al desnudo,
buscar entre el revuelto enjambre de la cama
vuestras manos perdidas en los cuerpos rendidos.
La Reyna Roja
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