Aquí guardo los recuerdos
engendrados en el vientre
encerrados, nueve meses,
entre alfombras de colores
como ovillitos de lana.
Van creciendo sin cesar
llenado con fuerza grata
todos los huecos internos
de la placenta durmiente.
Recuerdos llenos de vida
entre fuentes relucientes
que se funde con colores
en la oscuridad interna
del lugar donde cobijo
ese momento que empieza
a ser mas grande que yo.
Tendrán que romper las aguas
asomarse al exterior, -nacer-
nacer entre dolores
y dejar de ser dolor.
Ser palomas mensajeras
volar libres, recordando
todos los sueños vividos
todos los amargos tragos
la mejores alegrías
los peores desengaños
los momentos placenteros
los que amaste y que te amaron.
Dejar libres los recuerdos
que se junten con las almas
que puedan volver a verse
en lo bueno y en lo malo
que se fundan en un beso
el que siempre quise darte
pero que nunca te he dado.
La Reyna Roja
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