Dormido el caminante en la espesura del caluroso y denso bosque
bajo con el tiempo colgando entre las manos
y el dolor del olvido que le vence.
Mientras luna, te ocultas en la nube
el miedo se esconde en las alcobas
el "Terror" camina por los sótanos
del almendro huyeron las alondras.
El encuentro con los amos de este mundo
que proponen las guerras a su antojo
ellos esconden sus depravados culos
y ceban su tripones con despojos.
Las guerras no se anuncian,
las guerras no se sueñan,
se esbozan entre grandes manjares.
¿No os llegan los gritos de terror?
Sembráis la soledad el dolor con vuestras manos
lo llenáis de cuerpos destrozados
niños asustados entre el polvo maldito.
Horas huérfanas de horas amargamente lentas.
duerme el caminante entre el polvo cansado de tanto esperar
Que la infancia coma y ría libre de la esclavitud que la imponéis
hienas que reconstruís guerras y solares sin nombre ni destino
Sólo fuego sin vida, que demora caricias donde no sobrevive
amor ni nombre, infancia derrotada y efímera
que queda suelta para morir de hambre.
Atroces fieras sin alma entre costillas
adoradores del dios Dólar, del poder,
del egoísmo inhumano, del robo.
Medidor de cuerpos, libador de sangre,
sol que muerde recibiendo al silencio
de la boca que calla, sumergida en el miedo
a los tiranos amos de este mundo.
Despierta el caminante entre sudor y polvo
sin comprender por qué, este mundo de abuso,
El dolor rocía su cara, con lágrimas saladas.
su cuerpo estremecido se desprende del alma.
Para que unos vivan con todos los caprichos,
matan de mil maneras si sacan beneficio,
el pobre morirá dejando sólo vida
el pudiente "se jode" se deja vida y fortuna.
La Reyna Roja
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