EL ÁRBOL
Cae la rama del árbol cortada por la llegada
de un rayo que la fulmina,
otras ramas contiguas quieren continuar
su vida, unas son fuertes y crecen
otra renacer con miedo.
Una de ellas ya no quiere seguir
en este árbol viejo cierra sus hojas,
duerme no quiere vivir sin ella
sin esa rama que un día fue su fiel compañera.
La sabia ya no la riega pues camino ya no encuentra
ella cerro las entradas para dejarse secar y caer también tras ella.
No quieres seguir formando parte de esa gran familia
con la que vivió feliz hasta perderla un día a ella.
Pero arriba allí en el cielo una nube la contempla ve su dolor,
la observa en un momento la pena llena su mullido cuerpo
de lagrimas que recoge de los mares y los ríos.
Llora sobre su ramaje deja el agua que cogió sobre la tierra
que guarda las raíces de su amor.
Ese al que no deja entrar pero que con gran tesón
a fuerza de golpear con dulzura el corazón
de tu rama desdeñosa consigue que abras la puerta.
E intenta sin conseguir que ella se vuelva a revivir
al sol y a ramas amigas que también quieren sentir
quieren amar y sufrir, piensa que sin sufrimiento el amor no existiría.
Tu debes seguir viviendo, formando parte del árbol
y si no quieres sufrir ningún otro desengaño
si no quieres que otro amor entre en tu vida
pueda ayudarte a recordar la palabra amor te quiero.
Debes volver a confiar, deja que el amor irradie
su sabia por todo el cuerpo
que restañe las heridas que un abandono supuesto
hizo de tu confianza una total enemiga.
La Reyna Roja
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