IMPRESIONES
La noche se funde en el pecho hundido como espada
fuerte que una mano empuña blandiendo hasta el puño
su acero incandescente sin dejar que aflore el aire
hacia la boca dejando el cuerpo inerte por la angustia.
La angustia que despierta el dolor y el vacio
de amigos perdidos... algunos olvidados,
amores caducos, secos y baldíos.
Fantasmas que el tiempo ha ido acumulando
en brumas espesas de inciertas madrugadas.
El ayer murió, el hoy se desvanece
las horas pasadas, se pierden con su carga
liviana en la nada, cada pregunta tiene una respuest
a que todos la saben, nadie la contesta.
Amigos y amores olvidados, no eran tales,
solo arrimados ególatras sin freno, los amigos
amores que de verdad persisten el tiempo se los llevará
mañana en ríos transformados en cálida esperanza.
Majestuoso altivo derrama, el tiempo por el cuerpo
envejecido manantial, arroyo, rio embravecido
que llega al mar en delta trasformado allí
se aloja se funde para siempre.
Las elevadas cumbres divisan su llegada,
que el ámbar del ocaso difumina etéreo
es el fondo en que terminas ante la luz cambiante
de los días y los contrastes limitados de la noche.
La Reyna Roja
La noche se funde en el pecho hundido como espada
fuerte que una mano empuña blandiendo hasta el puño
su acero incandescente sin dejar que aflore el aire
hacia la boca dejando el cuerpo inerte por la angustia.
La angustia que despierta el dolor y el vacio
de amigos perdidos... algunos olvidados,
amores caducos, secos y baldíos.
Fantasmas que el tiempo ha ido acumulando
en brumas espesas de inciertas madrugadas.
El ayer murió, el hoy se desvanece
las horas pasadas, se pierden con su carga
liviana en la nada, cada pregunta tiene una respuest
a que todos la saben, nadie la contesta.
Amigos y amores olvidados, no eran tales,
solo arrimados ególatras sin freno, los amigos
amores que de verdad persisten el tiempo se los llevará
mañana en ríos transformados en cálida esperanza.
Majestuoso altivo derrama, el tiempo por el cuerpo
envejecido manantial, arroyo, rio embravecido
que llega al mar en delta trasformado allí
se aloja se funde para siempre.
Las elevadas cumbres divisan su llegada,
que el ámbar del ocaso difumina etéreo
es el fondo en que terminas ante la luz cambiante
de los días y los contrastes limitados de la noche.
La Reyna Roja
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