martes, 1 de noviembre de 2011





LA CENTELLA
Ya que tengo que morir
que sea en la noche
cabalgando sobre las olas
de un mar oscuro.

Que sea la luna testigo
de la fuga de mi alma
que mi mirada perdida
se funda con las estrellas.

Que mi llanto entrecortado
solo lo escuchen las olas
Que sea mi cuerpo arrullado
entre trigo y amapolas.

Que mi alma alocada
sea transportada solo,
por dos caballos alados
como yo muy alocados.

Que me dejen colocada
encima de una centella
y allí esperar tu llegada
perdida en el infinito.

Sublimas las cosas bellas
haces grandioso el amor
sacas la sinrazón
del poeta aficionado.

Que todo hombre o mujer
lleva consigo muy dentro
que no se atreve a sacar
¡lo deja pasar por miedo.!

La Reyna Roja

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